Cataluña es una nación situada al noreste del Estado español, con una extensión de 32.107 km². Limita al este con el mar Mediterráneo, al norte con Francia y Andorra, y al oeste y al sur con Aragón y Valencia, respectivamente.
Además de los cerca de 580 kilómetros de costa, Cataluña dispone también de grandes unidades de relieve, como los Pirineos y los Prepirineos, la Sierra Transversal o la Depresión Central. Esto hace que el clima sea también variable en función del territorio.
En la costa nos encontramos con un clima mediterráneo, suave en invierno y caluroso en verano; en el interior, un clima continental, con inviernos fríos y veranos muy calurosos; y en el norte, un clima de alta montaña con nieve en invierno y temperaturas suaves en verano.
Actualmente, Cataluña tiene más de siete millones de habitantes repartidos en 946 municipios. Tiene dos formas administrativas de división territorial: la división de la Administración, con 41 comarcas; y la división administrativa estatal, con 4 provincias: Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona es la capital.
La sociedad y la cultura catalanas se han construido a partir del intercambio de ideas, costumbres y personas, fruto de una larga historia de migraciones y transacciones comerciales con otras culturas y naciones, gracias a su enclave en el Mediterráneo. La sociedad catalana disfruta de una arraigada consideración por sus instituciones, su cultura, su lengua (el catalán) y sus tradiciones. El catalán es un rasgo fundamental de la identidad catalana y ha sido clave para la cohesión social. De ahí la importancia que representa, para toda persona recién llegada, aprender catalán y poder así comunicarse en la lengua propia del país de acogida, favorecer el conocimiento de su nuevo entorno vital y contribuir a su autonomía en los diferentes ámbitos, como el laboral, el relacional o el de participación ciudadana.
El Parlamento de Cataluña (Parlament de Catalunya), recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía, ha definido Cataluña como una nación. Una nación que tiene más de mil años de historia y una fuerte personalidad, que se ha abierto a diferentes corrientes artísticas y de pensamiento, pero que es también amante de sus tradiciones, sin renunciar nunca a la innovación y a la modernidad.
Los catalanes tenemos una intensa tradición asociativa que conforma uno de los ejes integradores de la sociedad civil. Hay asociaciones de ocio, de defensa de los derechos humanos y sociales, culturales, deportivas, asociaciones de vecinos, etc.
Cataluña ejerce su autogobierno de acuerdo con la Constitución española y el Estatuto de Autonomía de Cataluña (Estatut d’Autonomia de Catalunya), que es su norma institucional básica. La Generalitat de Catalunya es el sistema en que se organiza políticamente el autogobierno, e integra el Parlamento, con 135 diputados y diputadas, el presidente de la Generalitat y el Gobierno de la Generalitat. Todos ellos se eligen por sufragio universal cada cuatro años.
La economía catalana es próspera, con un sector primario prácticamente testimonial, pero dotado de subsectores muy potentes que compiten en todo el mundo; como el cava, el vino, el ganado, la fruta dulce o los derivados cárnicos. Asimismo, tiene una importante industria en sectores como el automóvil y los accesorios; la industria química; la alimentación; y la fabricación de electrodomésticos y de material informático y telemático de última generación. La industria editorial y la construcción también constituyen un sector decisivo. En el sector terciario cabe destacar el turismo y los sectores asociados a este.
Cataluña es un país con una clara vocación internacional. Su actuación en el exterior dispone de un espacio primordial: Europa, donde contribuye a reforzar el papel de las entidades locales y regionales por medio de la pertenencia al Comité de Regiones y otros organismos europeos. Por otra parte, la sociedad civil catalana también tiene una fuerte implicación en la cooperación internacional con los países más desfavorecidos.